¿El cliente siempre tiene la razón, verdad? No obstante, aunque que estés de acuerdo o no, la cultura del cliente siempre debería ser el enfoque principal de tu negocio. Y es que esta frase encapsula la importancia de priorizar las necesidades y satisfacción del cliente en cualquier negocio.

En este contexto, existen diversas formas de construir una cultura centrada en el cliente, donde se coloca al cliente en el centro de todas las decisiones y acciones de la organización. Estas siete estrategias buscan crear una cultura empresarial que valore y atienda las demandas del cliente de manera efectiva y constante.

La cultura se refiere a cómo actúan los empleados cuando nadie los está observando

Claro esta, una cultura organizacional es como el alma de una empresa. Define cómo se comportan los empleados, cómo se toman decisiones y cómo se relacionan entre sí y con los clientes. De hecho, cuando una empresa se enfoca en el cliente, se crea un ambiente en el que los empleados se esfuerzan por comprender y satisfacer las necesidades del cliente lo cual impulsa la innovación, la mejora continua y la adaptabilidad, ya que se busca constantemente superar las expectativas del cliente.

Asimismo, una cultura centrada en el cliente también fomenta la empatía y la conexión humana, lo que resulta en relaciones más sólidas y duraderas con los clientes. Por esto, es importante considerar que la reputación de una empresa se construye en base a las experiencias de los clientes. En la era de las redes sociales y las reseñas en línea, una sola mala experiencia puede difundirse rápidamente y dañar la imagen de una empresa. Además, una experiencia positiva generará comentarios favorables y promoverá la lealtad de los clientes.

¿Qué es una cultura centrada en el cliente?

Definición de centrado en el cliente:

En una organización centrada en el cliente, cada persona comparte un objetivo fundamental: crear excelentes experiencias para los clientes en cada interacción. Desde el líder de alto nivel, quien toma la decisión estratégica de invertir en un compromiso sólido con el cliente, hasta el asociado de ventas minoristas, quien se esfuerza en encontrar el producto perfecto que satisfaga las necesidades de su cliente.

Cada persona comprende que su cliente es la parte más importante de su trabajo, y que tienen una responsabilidad personal y un papel importante en hacer que la experiencia de ese cliente sea la mejor posible. Por lo tanto, si tuviéramos que definir la cultura en tres partes, podríamos desglosar de la siguiente manera:

  1. Comprender:

En primer lugar, los empleados tienen un profundo entendimiento de la misión y visión de la empresa, así como de su relevancia en el mundo. Esto se logra a través de una comunicación clara y efectiva, donde se transmiten mensajes inspiradores y se establecen valores fundamentales que guían el comportamiento.

  1. Comprometerse:

En segundo lugar, los empleados están comprometidos con la excelencia y se esfuerzan por superar constantemente las expectativas en todo lo que hacen. Actúan con integridad y responsabilidad, incluso cuando no están siendo observados, demostrando una ética de trabajo sólida y una pasión por brindar un servicio excepcional.

  1. Empoderamiento:

En tercer lugar, los líderes ejemplifican los valores de la empresa y empoderan a los empleados para que tomen decisiones informadas y asuman la responsabilidad de su trabajo. Existe un ambiente de confianza y colaboración, donde se valora el aporte de cada persona y se fomenta la creatividad y la innovación. Los empleados se sienten inspirados y motivados para aportar su mejor trabajo.

Si aún no conoces cómo mejorar tu EX, te invito a leer este artículo: 7 maneras fáciles de mejorar el trabajo en equipo en el lugar de trabajo

¿Por qué es tan importante estar centrado en el cliente?

El enfoque en el cliente se ha convertido en una piedra angular para el éxito empresarial. Reconocer la importancia de estar centrado en el cliente ha llevado a una transformación significativa en el mundo empresarial.

El surgimiento de las tecnologías en línea ha acercado a los clientes y a las empresas de una manera sin precedentes. Ahora, los clientes tienen acceso a una gran cantidad de información sobre cómo las empresas tratan a sus clientes y cómo se entregan sus productos y servicios. Además, las empresas tienen la capacidad de recopilar y analizar datos para comprender mejor las necesidades y preferencias de los clientes.

Un enfoque centrado en el cliente implica comprender y adaptar las experiencias a las necesidades de los clientes. Esto se logra mediante una atención cuidadosa a la calidad del producto, un servicio al cliente excepcional y una comunicación efectiva. Al construir relaciones sólidas y duraderas con los clientes, las empresas pueden diferenciarse de la competencia y fomentar la lealtad del cliente.

Entonces, ¿cómo puede implementar una cultura centrada en el cliente en su organización?

  1. Liderar con propósito

Es importante conocer el liderazgo, porque es lo que te va a permitir guiar a un grupo de personas a un lugar mucho mejor. Es lo que te va a ayudar a crear un buen ambiente de trabajo, pero solo si va acompañado de un buen propósito. 

En QServus, comprendemos la importancia de liderar con propósito, y esto va más allá de ser una persona agradable o un gerente bien valorado. Se trata de actuar de una manera que motive a nuestros empleados y genere una organización de alto rendimiento.

Por esto, sostenemos firmemente que el propósito es lo que alinea, motiva y empodera a nuestra organización.

  1. Haz del cambio un hábito

En QServus, creemos en la importancia de abrazar el cambio y convertirlo en un hábito arraigado en nuestra cultura organizacional. Reconocemos que el mundo empresarial está en constante evolución y que adaptarse a los nuevos desafíos y oportunidades es fundamental para nuestro crecimiento y éxito continuo.

Hacer del cambio un hábito implica estar dispuestos a desafiar las viejas formas de hacer las cosas y estar abiertos a nuevas perspectivas y enfoques. Fomentamos un entorno en el que se valora la innovación y se alienta a nuestros empleados a buscar constantemente mejoras y soluciones creativas.

Entendemos que el cambio puede ser desafiante y que puede haber resistencia inicial, pero también sabemos que es necesario para mantenernos relevantes y competitivos en un mundo empresarial en constante cambio. 

  1. Tomar decisiones basadas en datos

En QServus, reconocemos la importancia de impulsar nuestras decisiones basándonos en datos sólidos y confiables. Valoramos la toma de decisiones fundamentada en hechos, en lugar de depender de suposiciones o intuiciones.

Impulsar las decisiones con datos implica recopilar, analizar y comprender la información relevante para obtener una visión clara y fundamentada. Utilizamos herramientas y técnicas de análisis de datos avanzadas para extraer información valiosa que nos ayude a comprender las necesidades y preferencias de nuestros clientes, identificar tendencias y patrones, y evaluar el rendimiento de nuestras estrategias y acciones.

Al tomar decisiones basadas en datos, podemos minimizar los sesgos, las decisiones subjetivas, aumentar la precisión y efectividad de nuestras acciones. Esto nos permite identificar oportunidades de mejora, optimizar nuestros procesos y maximizar los resultados en función de los objetivos establecidos.

  1. Hazlo un valor central 

Hacer de esto un valor central es esencial para el éxito de cualquier organización. Cuando se convierte en un valor central, implica que está arraigado en el ADN de la empresa y en todos los aspectos de su funcionamiento. Por lo tanto, significa que no es solo una idea o una declaración vacía, sino que se refleja en las acciones y decisiones cotidianas y se convierte en parte de la cultura y guía el comportamiento de los empleados en todos los niveles de la organización.

Cuando esto se convierte en un valor central, se promueve su importancia a través de la capacitación, la comunicación y la retroalimentación. Se fomenta una mentalidad en la que todos los empleados entienden y se comprometen a vivir de acuerdo con este valor en su trabajo diario.

  1. Modelar CX a través de la EX

Modelar la experiencia del cliente a través de la experiencia del empleado es un enfoque estratégico fundamental para lograr una cultura centrada en el cliente. Reconocemos que la forma en que los empleados experimentan y se comprometen con la organización tiene un impacto directo en cómo interactúan y sirven a los clientes.

Cuando priorizamos la experiencia del empleado (EX), estamos creando un ambiente de trabajo positivo y gratificante donde los empleados se sienten valorados, motivados y comprometidos. Esto se refleja en su actitud, en cómo se relacionan con los clientes y en la calidad del servicio que brindan.

Al invertir en la experiencia del empleado, estamos construyendo una base sólida para ofrecer una experiencia excepcional al cliente (CX). Los empleados que se sienten apoyados y empoderados están más dispuestos a poner ese esfuerzo adicional para satisfacer las necesidades de los clientes y superar sus expectativas.

  1. Contrata en base a valores comunes

En lugar de solo enfocarse en las habilidades y la experiencia de los candidatos, se busca activamente a aquellos que comparten los valores fundamentales de la organización.

Cuando se contrata en base a valores comunes, se busca establecer una alineación entre los empleados y la cultura de la empresa desde el principio. Esto implica identificar y evaluar no solo las habilidades técnicas, sino también los valores, la ética laboral y la actitud de los candidatos.

Al contratar empleados que comparten valores comunes, se fomenta un sentido de pertenencia y compromiso con la visión y los objetivos de la empresa. Estos empleados se sienten motivados para actuar de acuerdo con los valores de la organización, lo que se traduce en un mejor servicio al cliente y una mayor satisfacción.

  1. Cierra el ciclo

“Cerrar el ciclo” es un concepto fundamental en la gestión de la experiencia del cliente. Se refiere a la acción de completar y finalizar el proceso de interacción con el cliente, asegurándose de que se hayan abordado todas sus necesidades, preguntas o problemas de manera satisfactoria.

Cerrar el ciclo no solo implica resolver problemas, sino también aprovechar las oportunidades para mejorar y aprender de las interacciones con los clientes. En definitiva, al recopilar y analizar de manera diligente la retroalimentación de los clientes, se pueden identificar áreas de mejora y, en consecuencia, implementar cambios efectivos para brindar una experiencia aún más satisfactoria en el futuro.

Métricas de cultura

Es fundamental tener en cuenta que no existe una única métrica definitiva. Sin embargo, hay varias dimensiones clave en las que puedes recopilar datos para evaluar la salud y el impacto positivo de la cultura de tu empresa:

  1. NPS (Net Promoter Score): El NPS es ampliamente utilizado para medir la lealtad y la satisfacción de los clientes. Se basa en la pregunta: “En una escala del 0 al 10, ¿cuán probable es que recomiende nuestra empresa/producto/servicio a un amigo o colega?”. Un alto NPS indica una cultura centrada en el cliente, ya que refleja la disposición de los clientes a recomendar la empresa.
  1. CSAT (Customer Satisfaction Score): El CSAT mide el grado de satisfacción de los clientes después de una interacción o experiencia específica. Puede medirse mediante una encuesta en la que se solicita a los clientes que califiquen su nivel de satisfacción. Una alta puntuación en CSAT es un indicador de una cultura centrada en el cliente, ya que refleja que los clientes están satisfechos con su experiencia.
  1. Retención de clientes: La retención de clientes es un indicador clave de una cultura centrada en el cliente. Mide la capacidad de la empresa para mantener a los clientes a largo plazo. Una alta tasa de retención de clientes indica que están satisfechos con la empresa y encuentran valor en sus productos o servicios.
  1. Tiempo de respuesta: El tiempo de respuesta se refiere al tiempo que tarda la empresa en responder a las consultas, quejas o solicitudes de los clientes. Una respuesta rápida y eficiente demuestra una cultura centrada en el cliente, ya que muestra un compromiso con la atención oportuna y la resolución de problemas.